El Real Madrid consiguió, por primera vez, ganar contra el Barcelona en un partido que sí o sí ha de servir para que, de una vez, el club se crea una sección que dio un paso al frente de manera definitiva. Un buen planteamiento de Toril que buscó la victoria incluso con el empate y una decisión incomprensible de las colegiadas, hacen que las merengues tengan por primera vez algo positivo de verdad contra las culés.
Antes que nada: VAR ya, por favor
Ahora hablaremos y elogiaremos al Real Madrid y a su entrenador, pero es inconcebible que el gol que marcó Jana Fernández no subiera al marcador. Absolutamente increíble en la era en la que estamos del fútbol. Un fuera de juego inexistente o vaya usted a saber el qué, favoreció al Real Madrid al cual le salió todo para poder llevarse la victoria.
Es el día de Toril
Según el calendario santoral no lo sé, pero hoy debería ser llamado el día de san Alberto. Sacó un once caval pensando en el Arsenal, planteó un gran partido y se lleva una victoria de autor donde pasó por encima de un Pere Romeu al que le faltó recursos para poder ganar al cuadro blanco.
Rotación de inicio
El Real Madrid saltó al terreno de juego con rotaciones en el once. Su entrenador reservó a Olga Carmona, Linda Caicedo y Caroline Weir. Algo lógico teniendo en cuenta que el equipo madridista tiene casi imposible ganar la liga pero alberga la esperanza de poder jugar una semifinal de la Champions. Lejos de bajar el nivel, la realidad es que el Madrid salió a morder y compitió muy bien en la primera mitad.
El Real Madrid puso el modo ‘peaje’
Habitualmente, el carril izquierdo blanco se había convertido en una autopista para el Barça en la que poder circular a 160 sin multa de tráfico. Sin embargo, en la colina de Monjuic, el Real Madrid le puso aranceles. Cerró el costado y, aunque algo de peligró consiguió generar, al equipo de Pere Romeu le costaba mucho entrar por su lado fuerte.
El Barça tuvo las suyas. Un disparo al larguero y una ocasión clamorosa de Hansen que no entró porque a veces el fútbol te sorprende. Aún así, es evidente que es casi imposible hacer que el Barcelona no te genere peligro en 45 minutos. El cuadro blanco cedió la posesión al Barça pero el dominio en muchos tramos fue estéril y supo hacer daño a la contra. Primero Feller y luego Athenea y Angeldal generaron muchos problemas.
Un gol Redondo
La guinda a la primera mitad la puso Alba Redondo. Un buen centro desde el costado lo remató la futbolista manchega por encima de su amiga Cata Coll que salió en falso. Un gol con mucho significado. Primero para el Real Madrid que solo una vez se había ido por encima del Barcelona en los clásicos. Y segundo para la manchega. Si hay alguien que se merece un gol importante esa era Alba. El cuadro blanco se iba por delante ante un Barça que, eso sí, tenía margen de maniobra para darle la vuelta al partido.
Jaque de Alberto Toril
O envido, o cantar las 20 o llaménle como quieras en el mundo del juego, pero Toril había conseguido mover un peón. La reacción de Pere Romeu era mover una ‘Torre’. En este caso a Marta por Jana Fernández. La misión era clara: cerrar espacios a Athenea por donde estaba saliendo el cuadro madridista. La canterana culé lo consiguió y el Barça crecía en el partido.
Al Real Madrid le quedaba resistir. El Barça se aferraba a su fútbol. Aitana dijo en la previa del duelo que casi salían ganando con la mentalidad que afrontaban los partidos. La realidad es que con la mentalidad no le estaba llegando, pero al equipo culé le quedaba fútbol para darle la vuelta al asunto. Las blancas se aferraban al crono y a Misa que fue decisiva con una gran parada. El Barça parecía impacientarse y Toril movía ficha: Linda y Weir para seguir amenzando la espalda.
Un Barça enrabietado
Que Hansen celebrara el gol con rabia, que Mapi le señalara con un gesto de puño cerrado y que Pajor fuera corriendo al fondo de las mallas de Misa es una señal importante: el Madrid le estaba tocando las narices al Barcelona. Empataba el club culé. Eso sí, lejos de echarse atrás, el Real Madrid fue a intentar ganarle el partido al mejor equipo del mundo. Y sí, claro que podía competir contra el Barcelona. Por supuesto que podía.
El Barça debió ir por delante en el marcador, conviene recordarlo. La decisión arbitral es una absoluta tropelía para las de Pere Romeu, pero para ganar al Barcelona el factor suerte también es importante. El tanto anulado dio a las al Real Madrid y se llevó la victoria con dos goles de Weir, la cual había sido sacada desde el banquillo por parte de Toril que rubricó una victoria de autor.
Punto de inflexión
Más allá del resultado final, este clásico tiene que suponer un punto de inflexión para la sección del Real Madrid. Cada vez que me preguntaban en la radio sobre El Clásico, yo siempre decía lo mismo: la distancia cada vez era más corta. Las jugadoras blancas no eran lo que demostraban contra el Barça. De verdad que no, pero el equipo necesitaba este partido. El Barça, todavía está un escalón por encima, pero el cuadro merengue se tiene que exigir competirle siempre a las azulgranas.