Un buen final necesita disciplina

Europa es Europa, y al Barça le tocó pasar un mal rato en Dortmund, donde algunas oleadas del Borussia le hicieron tragar saliva. Szczesny debió fumarse un buen cigarro después del partido, porque para los culés podía resultar el día perfecto para volver a fumar. El Barça, no sin sufrimiento, vuelve seis años después al jardín de los ricos de la Champions, las semifinales. Una derrota dulcísima después de 24 partidos invicto que, sin embargo, deja algunas conclusiones. No se puede jugar un partido antes que el siguiente; y la decisión de Flick de hacer descansar a Iñigo, para protegerlo con vista a la ida de semifinales, no fue una idea brillante. Ahora mismo, el de Ondarroa es intocable y, sin él, los cimientos del equipo y la línea mágica del fuera de juego se tambalean.

Al Barça le bastó una buena galopada de Fermín para encontrar paz en el partido. Luego se gustó demasiado y casi se vuelve a complicar. Seguramente, si había algún día para perder de aquí a final de curso, era en Dortmund. Un buen aprendizaje para prepararse a lo que puede sufrir en la vuelta de las semifinales si quiere pisar tierra santa en Múnich.

A Flick, sin embargo, le siguen saliendo las cuentas. En el Fussbalmuseum de Dortmund, un tríptico recuerda el camino diario de la selección alemana en el Mundial de Brasil. Hay una libreta con notas de Hansi Flick. “Ein guter Anfang braucht Begeisterung” (“un buen inicio necesita entusiasmo”), ponía el día uno de la concentración. “Ein guter ende, Disziplin” (“un buen final, disciplina”), se leía sobre el día de la gloria en Maracaná. Podría ser un buen eslogan para su Barça ahora que todo está a punto de decidirse.

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