Tablas que no son de salvación | Marca

Sin ganar en 2025 en casa, la última victoria el 9 de marzo, el Sevilla de Caparrós 4.0 recurrió a Suso, Peque y Lukebakio con cautelar… ante un Lega que venía con más urgencias aún al Pizjuán. “Es una final gente, para ellos y para nosotros, una final”, gritaba en el vestuario otro viejo rockero como Saúl. Pero tampoco esta vez el Sevilla pasó del empate y sigue 6 puntos por encima del descenso, por 4 del Lega alejado de la salvación. A nadie le sirvió.

No falló el público, caliente desde el primer minuto con los suyos y más viendo como vuela el Betis hacia una final europea y hacia la Champions el año que viene, 20 después de su única incursión en Liga de Campeones. Pero sí la pifió Nyland a los cinco minutos zampándose una falta directa de Munir, esquinada pero blandita, que botó delante y pasó por encima de sus manos. Muy parable.

Empezó carburando mejor el Lega, algo más clarividente arriba y con Duk en modo Vinicius, mientras Cardona, Pedrosa y Peque oponían empuje y nervio en el primer cuarto de hora para evitar un bajón emocional que se notó en la grada. Lukebakio forzó la primera combinación peligrosa con su lateral izquierdo y aunque el pase no tuvo rematador en el 17′, levantó al personal, muy nervioso en la grada. Para su fortuna llegó Suso a hacer magia en el 20′, primero generando un córner con un pase de oro y luego sacándolo preciso a la cabeza de un Kike Salas que remató solo con el corazón. 1-1.

En el 23′ la tuvo Munir para el 1-2 con un pase larguísimo a su espalda que pinchó con lo justo y casi emboca. Un aviso para el Sevilla que había que remar justo en el momento que empezó a llover fuerte. Y el que se puso al remo fue Lukebakio y luego Agoumé con una triple combinación, recorte, pase y recuperación que mereció el gol de Peque en el 30′. Pero el Lega opuso orden en la recuperación y la contra, y no le perdió el pulso al duelo, que se calentó algo en el césped. 

El propio Peque tuvo otra en el 40′, gran centro de Pedrosa pero se le quedó algo atrás y a botepronto la pinchó justita el centrocampista blanco. Y Suso justo al borde del descanso un zurdazo desde fuera del área que no ajustó bien. Pero sobre todo el omnipresente Peque con un pase maravilloso con el exterior de Lukebakio que remató a trompicones en el 46′, sacó Dimitrovic con la frente (el cuarto portero de la Liga que más balones repele), y entre vuelta y rechaces con Tapia y demás centrales, no pudo definir. Un 2-1 no hubiera sido injusto.

CANTERANOS AL RESCATE

La reanundación arrancó con movimiento por parte de Caparrós: Juanlu por Carmona, tarjeteado y aseteado por Doku. Continuó la apuesta por la movilidad y combinación de García-Pascual como delantero centro mientras Cruz y Raba tomaron el relevo en la creación pepinera. 

Pero el Sevilla, pasado el arreón inicial verde, dio un paso adelante por la victoria que casi vale una salvación. En el 56′ Lukebakio tuvo el 2-1 con un pase largo de Agoumé con un control portensoso de Lukebakio pero el mano a mano lo saco ese Dimitrovic en modo paralotodo que tanto estila. Y en el 59′ la volea con el exterior del extremo belga mereció el gol también, pero rozó el poste derecho de la puerta del Lega. 

El Sánchez-Pizjuán volvió a cantar a todo trapo con la entrada de Isaac y al fin esa doble punta tan reclamada arriba. García-Pascual tuvo un remate franco de cabeza en el 63′ y otra vez, quién si no, Lukebakio en el 67′ al que le llovió un balón ante la salida de Dimitrovic y la vaselina no le salió precisa. 

Olía a 2-1 toda la segunda parte y llegó en el 70′ por la derecha en una pared García-Pascual, el recién entrado Juanlu y el pase atrás para Isaac para rematar casi a puerta vacía. La cantera, tres canteranos, al rescate. Aunque está escrito que lo va a sudar este año el equipo hispalense y casi en la siguiente jugada, y de la nada, llegó el 2-2.

Un despeje de Nyland a una falta, terminó dentro del área en un centro con música de Chicco para el testarazo de Javi Hernández, soberbio. Con poco ponía el empate el Lega en el 73′. El siguiente cuarto de hora se consumió entre tarjetas (cuatro) y cambios (otros cuatro), sin acoso ni oportunidades de nadie, con Lukebakio ya fundido ante un Jorge Sáenz imperial en el corte, hasta que en el 89′ Óscar sacó un misil desde 30 metros que rozó el larguero local.

En la prolongación la locura pudo caer a cualquier lado: Suso tuvo el 3-2 y Dimitrovic sacó una mano de la suyas abajo, y en la vuelta, una (otra) mala acción de Nyland, cortando sin cortar un balón adelantado, dejó a Diomande solo, algo escorado, para embocar el 2-3, pero la dio con la uña y no cogió puerta. Un empate final que no es tabla de salvación para nadie.

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