Mbappé y Arda piden cita en Montjuïc

El Real Madrid se presentará en Montjuïc para pelear LaLiga con el Barcelona, tras imponerse al Celta con fútbol y con sufrimiento. Esta vez sí tuvo juego el equipo de Ancelotti durante una hora, hasta que dio el partido por ganado. Como en la Copa. Y como entonces, el equipo gallego, estupendo, colocó al límite a los blancos. Marcó dos y pudo igualar en un mano a mano de Pablo Durán. El Bernabéu respiró con el pitido final y dio por buenas las penalidades finales tras ver a su equipo funcionar con Mbappé entonado, Güler enchufado y Courtois inspirado.

Que Arda tiene un golpeo exquisito es una verdad indiscutible. Lo demostró desde el córner, con esos balones tensos que caen a plomo como el que remató alto Tchouaméni. Después de dos partidos siendo relevante, ante Getafe y Barça, el turco compareció como titular en el centro del campo, activo en la creación del juego. Fue él quien desbloqueó la matinal con un zurdazo estupendo, tras combinar con Lucas en un córner en corto, a la escuadra opuesta desde la derecha. 

El 1-0 a la media hora fue cruel con el Celta. Con sus tres centrales, sus medios de toque y Fer López en el enganche, no sufrió demasiado hasta el tanto del turco. No es casual su posición europea. Fabrica buen fútbol, con convicción, y trabaja todas las facetas del juego. Como los córners. Dos caramelos de Sotelo fueron a la cabeza de Marcos Alonso, que remató arriba la primera y obligó al paradón de Courtois en el segundo, ambos antes del minuto 8. Además, no se descompone cuando recibe castigo. La respuesta inmediata fue un pase a Borja Iglesias, que ofrece mucho como referencia ofensiva. Poco después, una salida afortunada de la presión blanca, esta vez bien aplicada, permitió escapar a Beltrán y servir para Borja, que remató duro. Tocó en un defensor y se envenenó, como en gol pucelano al Barça, pero Courtois activó el muelle para alcanzar un balón imposible. Milagroso.

Esa mano de Thibaut fue el inicio de la contra blanca. Tocó Vini de espaldas, Bellingham al espacio y Mbappé encontró el balón perfecto. Encaró a Yoel Lago, que se estaba fajando en un marcaje de alto voltaje, y el canterano le dio un metro. Lo justo para que Kylian rematara con violencia, a contra estilo, echando el cuerpo atrás, para colocar en la escuadra. La BMV en su mejor versión para poner el partido 2-0 justo antes del descanso, pero conste que medio equipo (Tchouaméni, Asencio, Ceballos) se volvió a Courtois para agradecerle los servicios prestados. Un día más en la oficina.

Lo que idease Claudio Giráldez en el descanso para igualar el 2-0 como hizo en la Copa es una incógnita. Tantos meses echando de menos un pasador tipo Kroos para que Güler ofreciera un servicio de los que facturaba el alemán, en diagonal, al hueco, para Mbappé, que controló con derecha y finiquitó de zurda. Tiempo para ver al mejor Madrid de la Liga. Con la BMV. Con cuatro medios. Con Güler. Nunca es tarde. 

Salvó Guaita el cuarto, en una gran acción entre Güler y Mbappé. Jugó mucho y bien al Madrid. Tanto que dio el partido por ganado, y el Celta tiene la virtud de no desengancharse nunca. Giráldez metió cambios buscando reacción y la encontró, tras retirar Ancelotti a Asencio por problemas físicos. Primero aprovechó Javi Rodríguez un despeje corto sobre la línea de Lucas en un córner. Estaba ya sobre el césped Williot, que detecta a la perfección los espacios, pero faltaba la guinda.

El último cambio de Giráldez fue Aspas, que suele ser incompatible con Fer López. Esta vez se quedó como medio centro, con Iago de pasador. Allí recibió, esperó el desmarque de ruptura de Williot y el sueco anotó por bajo. 3-2. Tembleque. Y más con el pase, tres minutos después, de Aspas a Pablo Durán, mano a mano con Courtois. Salvó con el cuerpo el empate. Hizo Ancelotti el resto de cambios. Erró en el último. Quitó a Arda y dejó a Vinicius en el verde, ante un equipo sin miedo. Pudo igualar Aspas en otra combinación con Durán. El Madrid se refugió en su área. Tuvieron la sentencia a la contra Brahim y Mbappé. Claras ambas. Pero el partido acabó en campo blanco, por el empuje de un Celta estupendo al que le ha faltado un punto de suerte ante azulgranas y madridistas. Un grande de LaLiga, por la que pelearán Barça y Real en siete días.

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