BARCELONA — El Barcelona ya alcanzó su novena victoria consecutiva en LaLiga, una racha que no disfrutaba durante una temporada desde 2016, cuando bajo la dirección de Luis Enrique firmó hasta doce victorias consecutivas que fueron, a la postre, providenciales para conquistar el título de Liga en aquel curso 2015-16.
Le costó, eso sí, doblegar la resistencia de un defensivo Girona al Barça de Flick, que acabó goleando por 4-1 tras superar una muy incómoda primera parte, tanto por la excelente actuación de Gazzaniga en la portería como por las extrañas determinaciones arbitrales, convirtiendo por apoyo del VAR un muy posible penalti a Fermín en una incomprensible falta en contra del equipo azulgrana.
El entrenador del líder siguió removiendo su equipo titular, dando descanso a Cubarsi, De Jong y Balde esta vez y manteniendo en el banquillo a Raphinha, lo que dejó huérfana la banda izquierda del ataque, donde el buen hacer de Gerard Martín no hizo olvidar el vértigo de Balde, otorgando cierto alivio a un Girona que se las vio y deseó para frenar a Pedri, a Lamine Yamal y a un revoltoso Fermín, nunca indiscutible pero casi siempre trascendente.
Lewandowski festeja con Fermín López. AP
Hasta el último suspiro del primer tiempo no se avanzó el Barça gracias un remate de Lamine Yamal que desvió con la mano Krejci, despistando al hasta entonces perfecto Gazzaniga y ofreciéndole un respiro indudable a Flick. Pudo, y debió, haber marcado antes el líder, pero ese gol, tan extraño como fue la primera mitad, significó un alivio y la sospecha de tener el partido encarrilado.
No ocurrió nada de eso. A pesar de la salida enérgica del Barça, en su primera llegada con peligro marcó el Girona. Un pase dificultoso de Araújo, una pérdida de Lewandowski, el pase de Blind y el disparo cruzado de Danjuma provocó el empate y el pasmo entre los más de 48 mil aficionados que llenaron las gradas.
Más festiva que ocupada, la afición recuperó el pulso cuando Lewandowski acudió a su cita con el gol, rematando un balón que se suponía imposible pero que le dejó ahí Fermín. Y a partir de ahí, el sufrimiento del líder, que fue cierto ante el crecimiento del Girona, no pareció preocupar a una hinchada que repetía la ola, exigía a gritos el regreso de la grada de animación y apenas atendía al peligro visitante… Hasta explotar con el doblete del polaco, un 3-1 definitivo en la suerte del partido, que se redondeó con el 4-1 de Ferran.
HISTÓRICO
Ya son nueve victorias consecutivas en LaLiga y veinte partidos oficiales enlazados sin conocer la derrota (17 triunfos y 3 empates). Desde que en el último encuentro de diciembre ganó el Atlético en Montjuïc por 1-2, el Barça se ha rebelado.
Por delante quedan los doce triunfos ligueros al hilo que consiguió el Barça de Luis Enrique entre enero y marzo de 2016… solo por debajo de las 16 victorias consecutivas que en la temporada 2010-11 convirtieron al Barça de Guardiola en el record absoluto de LaLiga.
A partir de aquí pensar, soñar y confiar en cerrar la temporada con un poker de títulos puede no ser tan imposible. Sí atrevido, pero no imposible… Aunque para ello deberá el miércoles dar el primer paso hacia y clasificarse, en el Metropolitano, para la final de Copa.