El Barcelona no cerró con victoria la fase regular, la liguilla, de la nueva Champions League y acabó en esa segunda plaza que el martes anunció Hansi Flick. Empate 2-2 ante el Atalanta, que no satisfizo a nadie, y un pequeño jarro de agua fría que no empañó la magnífica trayectoria azulgrana y el buen desempeño del conjunto italiano, abocado finalmente a jugar el play-off previo a los octavos de final.
Con un ojo puesto en otros partidos, por conocer la suerte de no pocos equipos, y, por interés propio, vigilando el resultado del Liverpool en Eindhoven, el Barça se encontró con un Atalanta contestón, atrevido y que no vaciló en irle a buscar arriba para asegurar un puesto en el Top-8.
Entre la primera y la cuarta plaza el Barça mantenía el objetivo de asegurarse la segunda, quizá dando por descontado que el Liverpool haría el pleno de victorias ganando en Eindhoven y sin caer en la cuenta de que el PSV necesitaba ganar para evitar una posible eliminación.
Así, no fueron pocos los minutos en que el equipo azulgrana encabezó la tabla, derrotando, ya en la segunda mitad, al cuadro italiano en combinación con la caída red en Eindhoven… Pero el Atalanta, con más potencia que juego, mayor convencimiento que calidad y, por encima de todo, una fe a prueba de todo, sobrevivió hasta el límite, buscando una victoria épica que le metiera arriba y conformándose al final con un empate insuficiente pero de orgullo.
Al conjunto de Gasperini la fortuna, mala fortuna, le evitó irse al descanso por delante en el marcador. Primero porque Szczesny, milagroso, colocó el pie en el lugar exacto cuando Balde, cortando un centro, se marcaba en propia puerta; después, pasada la media hora, porque el VAR invalidó un gol de Zappacosta, en fuera de juego milimétrico…
Todo quedó, el festival de goles, para la segunda mitad. Golazo de Lamine Yamal apenas comenzar, respuesta soberbia de Éderson y Araújo marcando de cabeza el 2-1 y facilitando poco después el 2-2 a Pasalic.
Queriendo unos y otros, al Barça no le alcanzó para superar al Liverpool ni al Atalanta para mantenerse en el Top-8, del que le sacó el Aston Villa y el Lille en una jornada apasionante y en la que, al fin, sentenció el Barça que aún puede decir mucho en esta Champions.