
J. M. Benítez
El canterano salva de cabeza en el añadido a un Real que se adelantó y vio cómo el Leganés aprovechaba su debilidad defensiva para empatar.
Carlo Ancelotti miró a La Fábrica en busca de un rescate para sus agujeros defensivos, y La Fábrica ejecutó su rescate al Real Madrid con un goleador. Gonzalo, 20 años, apenas instantes en el primer equipo, llegaba a Butarque solo cinco días después de marcar cuatro goles con el Castilla en Algeciras y a pocos segundos del final embocó de cabeza un centro de Brahim. Sacó al Madrid del lío en el que se había metido él mismo, después de adelantarse y no terminar de rematar a un Leganés que se mantuvo en pie pese a los dos sopapos tempranos y aprovechó la endeblez del centro de la zaga rival. El equipo de Ancelotti pega como el Tyson de antes y encaja como el de ahora. Y escapó de Butarque rumbo a la semifinal cuando ya bordeaba la prórroga en un asalto final sin fruto. Hasta que apareció Gonzalo, el más iluminado de Valdebebas.

